2019
Se presenta pues un momento donde hace falta una reflexión profunda y compartida de cómo querremos dibujar estas ciudades comunes, tanto cabe donde queremos ir, como qué serán los valores que guiarán nuestro destino conjunto, como qué serán las responsabilidades y compromisos que querremos asumir.
Los gobiernos locales tienen, en todo el mundo, una posición estratégica en la gestión de los importantes retos sociales, económicos, tecnológicos o ambientales que se tendrán que tratar en los próximos años y que tienen una incidencia creciente en la calidad de vida de los ciudadanos.
En determinados ámbitos las respuestas serán globales, en otros a nivel estatal, pero a buen seguro que muchos de los retos y las respuestas a los mismos se tendrán que tratar también a nivel local. Las normas, las problemáticas,... afectan directamente a nivel municipal.
Ante estos cambios, las administraciones (y sus líderes) pueden tomar dos direcciones: re-inventarse, promoviendo la transformación, liderando el cambio, o seguir como siempre, con un modelo agotado, y cerrarse ante las demandas de cambio de la sociedad y del entorno.
Liderar estos retos por las reciente estrenadas corporaciones, pasa para reforzar y seguir avanzando en un proceso de reforma de las administraciones municipales que tiene que tener como eje vertebrador el desarrollo de las competencias siguientes:
La participación entendida como la aplicación de políticas en un contexto de demandas contradictorias desde un enfoque, en lo posible, que sea participativo, equitativo, legal, transparente, eficaz, eficiente y respetuoso con el principio de subsidiariedad.
La comunicación como resultado de una voluntad de transparencia y de transmisión eficaz de la información a los ciudadanos, además con una naturaleza bidireccional: dialogar.
La promoción de la acción colectiva, la participación en la mediación de conflictos y el impulso de la autonomía de la sociedad civil. Ejemplos recientes en nuestro país, tenemos y muchos, y el deseo seria pensar que surgen como fruït de una maduración social importante, no por un agotamiento del sistema.
La toma de decisiones como resultado de un proceso reflexivo, compartido y estratégico de análisis de las opciones existentes ventajas e inconvenientes de cada una de ellas, soportado con datos e información objetiva.
Los ayuntamientos que escogen promover el cambio, tienen la oportunidad de lograr unos beneficios que el nuevo modelo de gobierno los puede aportar, tanto a la administración como la ciudadanía:
La ciudadanía siente la administración más próxima.
Aumenta la implicación de la ciudadanía con la administración, puesto que se habilitan canales y se la escucha.
La ciudadanía participa activamente en la mejora del servicio público y esta participación fomenta su corresponsabilidad.
Involucra otros agentes externos para reunir ideas y encontrar soluciones en un coste menor.
Aumenta la calidad, efectividad y rapidez de respuesta del Ayuntamiento hacia la ciudadanía.
Incrementa la transparencia entre los diferentes niveles y departamentos de la administración, mejorando el funcionamiento interno de la misma.
Permite a los responsables políticos estar más vinculados y próximos a las preocupaciones e intereses de la ciudadanía.
Poder definir y redactar el Plan de Actuación Municipal (PALMO). Poder planificar las inversiones a 4 años vista, el Plan de Inversiones Municipal (PIM)..., de acuerdo y con la ciudadanía, parece obvio, pero en la hora de la verdad no lo es tanto. Y si lo pensamos fríamente, todos salimos ganando.
Por qué? Porque con la participación ciudadana deliberamos, estructuradamente, sobre cuestiones de importancia estratégica relacionadas con las políticas y los servicios públicos, pensamos en la ciudad desde una visión global y transversal. De este modo, la toma de decisiones que afectan la gestión pública se ve enriquecida por la visión de los ciudadanos mismos, tanto a título individual como título colectivo. La participación ciudadana y el gobierno abierto sirven para una mejor gobernanza.
Por lo tanto, la necesidad de hacer una diagnosis de la situación actual, de poder hacer estudios que nos indiquen como están las cosas, de elaborar indicadores por saber como evoluciona la calidad de vida en nuestra ciudad, de hacer seguimiento de los mismos,... hay que convertirla en una prioridad. Y, está claro, hacerlo al inicio de la legislatura, liderando pero compartiendo un proyecto de vida colectiva de calidad, es el que se propone abordar al próximo Foro de las ciudades de 2022, en el que una de las ideas centrales será el liderazgo en la gobernanza de las ciudades del futuro.
Algunos municipios ya han empezado y no han esperado a 2022., Empezamos pues y aportamos a este Foro experiencias reales. Ahora es ya el futuro.
Autor: Hildebrand Salvat. Director Tècnic i Soci del Gabinet Ceres.
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